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domingo, 9 de noviembre de 2014

Don Juan Tenorio



don juan tenorio
          Don Juan Tenorio
Volvía yo de un gran viaje a donde antes vivía, Sevilla ,pero en vez de encontrarme  con mi querida ciudad me encuentro con esta macabra pesadilla.
Un ambiente tétrico y mórbido rodea el lugar, el mal parece gobernar. Las gentes vagan por las calles sin aparente voluntad,como marionetas controladas por un ente de infinita maldad. Hasta mi amada Inés ahora es un especie de monstruo, es como si hubiera muerto y la hubieran devuelto a la vida, su alma está dormida.
Pensaba que el diablo era lo que los  controlaba pero hasta él parece estar sometido.
Todo es una locura, no distingo realidad de fantasía, he perdido la cordura ni todo el mal provocado en el pasado es equivalente a este tortura.
Ellos gritan su nombre, ellos la aclaman, ellos están corrompidos, la bestia los controla.
Pensé en escapar de este maldito lugar pero es demasiado, han comenzado a atacar.
La batalla parece perdida, en fuerza y número me superan, pero no moriré sin devolver estocada, de ellos me he zafado con singular maestría, me he disfrazado de muerto pero sin perder la vida.
¿Donde se esconderá la bestia? En la catedral supuse y en la catedral estaba.
Que ser tan macabro, que rasgos tan malignos, sus garras podrían destrozarme de un solo zarpazo, sus fauces eran terroríficas, pero lo peor eran sus ojos, sus cavidades oculares solo poseían una penetrante oscuridad, todo el mal del universo se reflejaba en ellos, de solo mirarlos perdías la cordura.
Me enfrentaba a un poder inenarrable, un poder capaz de someter al mismísimo Lucifer.
Pero yo soy Don Juan, Don Juan  Tenorio, contra todo me he batido y a todo he vencido.
La bestia era tan soberbia como yo antaño, así que le reté a un duelo a espada, ella prepotente aceptó y entablamos una increíble batalla hasta que mi espada consiguió hacer mella en sus carnes. En ese momento de confusión, la bestia perdió el control de las almas y estas escaparon, pero la bestia me alcanzó dejándome sin vida. Mi alma también escapó de las garras de la bestia pero todavía quedaba una batalla por librar, mi juicio final. El comendador Don Gonzalo me intentó llevar al infierno por pecados pasados pero yo ya no era ese hombre, me había arrepentido. Eso y el infinito amor por mi amada me abrieron las puertas del cielo.

1 comentario:

  1. Buen trabajo, Héctor. Está relativamente desarrollado, trabajado, etc., pero ten cuidado con los fallos que te he venido señalando hasta ahora (ausencia de tildes como en "¿dÓnde se esconderá la bestia?" o la puntuación. También errores tipográficos tan simples como dejar más espacios de la cuenta o poner la coma pegada a la palabra siguiente, pero que no dejan de ser errores también que hay que evitar cuando escribimos para no causar una mala impresión. Por lo demás, buen trabajo.

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